El bendito oro del río.
Ese brillo se llevo nuestra juventud.
Ese brillo se llevo la razón.
La fuerza se carga, la energía valora si merece la pena golpear el mundo, y crear un nuevo paradigma.
El sonido termina, la melodía acaba.
Todas las bestias tienen su inicio y su final.
Y con los labios resecos, y el cuerpo hecho una ruina,
aún suspiras por una jarra de Whisky.
El padre de todo observa el mundo.Sostiene la maza y se acomoda en su trono.
Esa dulce condescendencia cargada de oro y confianza.
Obsesivo ir y venir.
Una condena para el alma, ventura que encadena.
He visto reír por ese brillo, he visto morir por ese brillo.
Una y otra vez, las vidas son destruidas por algo más hermoso que ellas.
El bastón sobre el suelo, preludio del mañana, y el rostro inexpresivo del destino:
–Lo que será, será.
Hace 16 años