La mayoría de la gente apenas cambia a lo largo de los años.
Física, mental y emocionalmente, tendemos a ser herederos de lo que nos ocurre y lo que aprendemos en los primeros años de nuestra vida.
Ahora se habla de Marca Personal, y hablamos de etiquetas como una nueva forma de analizarnos y mejorar nuestro desarrollo profesional.
Pero corremos el riesgo de que la nueva visión y perspectiva alcanzada solo sirva para crear nuevos casilleros donde prefijarnos, nuevas jaulas para el caos de lo inestable, y lograr un espacio más para regodearnos en la autocomplacencia de nuestros propios errores y defectos.
-Yo soy así - dice el necio. Y el resto del mundo sonríe y asiente, satisfecho y tranquilo...
El Mundo es complejo y dinámico, en constante cambio. Y una marca personal que no sea lo sufientemente abierta y multidinámica para adaptarse a él solo servirá para limitar nuestra propia eficiencia , ponernos de nuevo las trabas que, parece ser, nos acompañan como pegajosos familiares durante todo nuestro camino vital y, en esencia, lastran la evolución a la que tenemos derecho.
Y ahora olvida. Emborráchate de ruido y dime, querido amigo: ¿QUIEN es tu nombre?
Hace 16 años