sábado, 23 de agosto de 2008

Gracias, Kukuxumusu

Kukuxumusu fue todo una inspiración para mí en los últimos años de carrera.
La historia de éxito de esta empresa es la siguiente:
3 jóvenes amigos deciden sacarse unas pelas en los San Fermines y comienzan a diseñar y vender camisetas, llegando, con el tiempo, a convertirse en una marca de moda joven con presencia internacional.

El ejemplo Kukuxumusu me ayudó a romper mis viejas creencias sobre que "para ser rico hay que trabajar duro y llevar una vida gris" o que "debes ser un triunfador nato para hacer algo grande en esta vida".

En este sentido, en la historia de Kukuxumusu tenemos unos amigos motivados y creativos, que aprovechan las pequeñas oportunidades de actuar que surgen a lo largo de la vida, dan un paso adelante, sin ningún tipo de expectativa especial, más que la de pasárselo bien con los amigos, y se encuentran con que, la decisión de actuar de ese momento les aporta éxito y triunfo.

Todo un modelo de éxito para mi "yo" de ese momento: una mente impresionable en busca de "referentes" de cara al temido "Que-coño-voy-a-hacer-yo-con-mi-vida" del último año de facultad.

Gracias al modelo Kukuxumuxu he orientado mi vida hacia el mundo de la empresa, y no a la "rama social", como muchos otros compañeros de carrera, e intento desarrollar una mente abierta a las ideas, más allá de los patrones de trabajo convencionales y el "siempre se ha hecho así".

Por todo ello, muchas gracias, Kukuxumusu.

1 comentario:

miguel ángel salinas gilabert dijo...

Hola David. Vaya, qué bien; por fin te decidiste a escribir en el blog. Adelante, compañero; con paciencia, en unos años tendrás un camino virtual trazado.

Ya sabes que yo soy más pesimista, realista, diría yo. Cualquier iniciativa empresarial puede acabar en éxito. Eso no quiere decir que todo sea fácil. Descubrí hace tiempo la diferencia entre el éxito y la genialidad. Uno puede tener éxito siendo una mierda, y un genio puede no ser reconocido. Creo que esto es aplicable al mundo empresarial, que por mi parte, bien poco me importa.

Más na por ahora. Un saludito. Vete por la sombra...