sábado, 16 de mayo de 2009

En las manos de Bel

Paseando por mi barrio, llego hasta Conde Casal.
En una sucursal del Santander veo carteles de la UGT.

Los discursos se acumulan contra el cristal. Entidades del ahora, a los carteles les gusta estar acompañados, hermanados unos de otros, como buscando el cariño y la comprensión que solo otro trozo de papel puede darte.

Rojo, negro y blanco: Albert Einstein convertido en un simbolo de la revolución. Si el genio levantara la cabeza.

Iconos propios de una religión sin dios, los mensajes caen en el mismo conflicto maniqueo y fútil que todas las otras sectas:
Un muerto de hace 30 años, a la postre resucitado para avivar la causa. Bolonia, como la última ignominia contra la que luchar. La privatización de la sanidad pública. Frente a la Crisis, ¡Lucha!
¿Contra qué? El cartel no lo señala.
Un par de esforzados camaradas, Adan y Eva, golpean con mazos a la crisis. Quieren derruir un evento histórico. Igual podrían bajar el sol a la tierra con las manos, o hasta hacer que el Madrid gane la liga...

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