domingo, 16 de agosto de 2009

El amnios

Toboganes y columpios.
Lacasitos en el suelo, callados cómplices de la gula liberadora.

El mundo se mueve a mis espaldas: Sonidos veloces que cortan el aire. ¿En qué año estoy? La cuarta dimensión se escapa fluida entre mis dedos, apenas perceptible por mis sentidos.

Viajero de los sueños, soy joven y soy viejo. Anclado por el azar al parque de todas nuestras infancias, donde nuestras primeras sonrisas y berrinches quizás nos definieron para siempre.

Ante mí veo un niño jugando. Épicos esfuerzos por encaramarse a una de las extrañas estructuras lúdicas que el ayuntamiento instala, y me pregunto calladamente si ese niño eres tú o soy yo, y si aún conservamos alguno de los dos la locura y la magia que ese niño posee.

Pero el tiempo se acaba, y soy absorbido de nuevo al espacio sin nombre, donde una vez nos encontramos, y nos encontraremos todos al final.
La fábrica de lacasitos, toboganes y columpios. Y estructuras lúdicas aún más extrañas donde demostrar nuestro aguante y locura...

3 comentarios:

miguel ángel salinas gilabert dijo...

Me gustan los escritos que reflexiona sobre el paso del tiempo, me producen una profunda melancolía. La comparación entre los toboganes de antes y los de la edad adulta me parece ingeniosa (¿querías decir eso, no?).

Creo que todos tus escritos están llenos de cierto hastío vital, al menos esa sensación me llega y me identifica con lo que escribes. ¿Por qué esa sensación de sinsentido en lo que hacemos a diario? ¿Es un signo de nuestro tiempo, o fue así en hombres de todas las épocas?

No te preocupes, hombre, que en breve escribiré mi entrada mensual, y quizá este mes alguna extra, pues estoy de vacaciones y ya parece que he descansado la mente.

Un saludito...

David dijo...

Que hay, amigo. ¿En mis textos hay hastío? Supongo que es mi herencia del ciberpunk y el romanticismo (ambos tan fatalistas en su esencia...). Pero también hay una mirada maravillada por el mundo que nos rodea. Me alegro de estar aquí y ahora.
Postdata: El sinsentido es un concepto mal comprendido, pero los milagros y la magia siempre rozan el sendero del sinsentido.

A mi modo de ver, lo dañino es el vacío existencial, y no el sinsentido...

Un saludo.

miguel ángel salinas gilabert dijo...

Bueno, sí; uno siente vacío existencial, y debe ser que yo me pregunto de dónde viene ese vacío, y me contesto que del sinsentido de algunos aspectos de la vida, en concreto del trabajo, que ocupa gran parte de nuestro tiempo. Aunque imagino que para muchos su trabajo está lleno de sentido.

Por cierto, te iba a sugerir: utiliza sólo unas pocas etiquetas, como "relatos, pensamientos, trabajo, sociedad"... Así te pueden servir para "categorizar" tus entradas. Eso te supondría una currada; yo lo hice. Blogger no permite categorías, pero creo que puedes usar las etiquetas como tales. Sólo es una sugerencia por si no había barajado esa posibilidad.

Un saludito, y vete por la sombra...