sábado, 29 de agosto de 2009

Héroes

Las risas se agotan y la marea regresa. En esos momentos, hasta la tonta felicidad del rastro te puede parecer jodidamente mejor que seguir peleando.

En los cómics es distinto: Los héroes dan una paliza al malo y salvan al mundo, y auque nadie lo sepa, en el fondo todo el mundo esta agradecido. Y hay risas al final y ahí acaba todo.
Final feliz y besos, joder.

En la vida real todo es más difícil, porque hay que llegar a salvar el mundo y mantenerse, y aguantar la caída y los momentos de bajón y, si eres lo suficientemente fuerte, respetas tus propios principios y no te conviertes en el malo de la historia.

Así pues, según se mire tiene mucho más merito y mola más ser una persona normal. Mucho mejor que el hijo de puta de Superman, que solo es un tipo con leotardos y unos poderes que te cagas de buenos.

Porque a largo plazo todos somos humo y polvo, y lo que importa de veras son las decisiones que tomaste y los cojones que pusiste para hacer bien las cosas. Y eso no es algo que nadie te pueda quitar.
Ni el puto Lex Luthor, joder.

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