domingo, 9 de noviembre de 2008

1UP

A veces siento que la vida es una estructura de bucles.
True or False. Y vuelta a empezar...

1992. Me veo a mi mismo inclinado ante una maquina Game and Watch: Pantalla LCD, plataformas y escaleras, blanco y negro sobre un escenario estático, dividido en 2 partes.
Donkey Kong, Nintendo: Un intento tras otro de alcanzar la planta superior, para tirar al vacío al malo malísimo de la historia.
Recuerdo que, cuando no se me daba bien las primeras veces, abandonaba el juego, cobarde frustrado.

¿Que parte de esos juegos pasó, como el viento, y que parte se filtró en la raíz de mi vida, programando mi inconsciente?

2008. Traje y corbata, tarjeta de pase para entrar en la oficina, portátil de la empresa... Altibajos, y un marrón aquí y un problema allá, semana tras semana.

El juego se repite aún, más de 15 años después.
Soy el jodido Jumpman sorteando barriles en un escenario prototípico, bidimensional.

¿Cual es la meta real? ¿Acabar con el gorila? Quizás durante todo este tiempo he pretendido llevarme a la chica, y alcanzar la luna, allá en lo alto. Acaso si no termino la partida, si no persevero, la rutina del juego se repita durante toda mi vida...

Intentémoslo de otro modo: El truco siempre ha sido ser receptivo. Aprender a "escuchar" la dinámica y el ritmo propio del juego y de la vida, hasta ser un elemento más de la coreografía de monigotes en blanco y negro sobre el escenario prediseñado.
Aquí y ahora, soy más listo que entonces, tengo más corazón.
Desde este punto, este momento, puedo llegar al futuro y el pasado, la Luz y la Sombra de mi existencia.

Esta vez pienso terminar la partida. Joder al gorila, alcanzar la gloria. Y que el eco de mi victoria se extienda, en ondas, hasta el Alfa y Omega de mi existencia, liberándome del programa repetitivo que pretende transformar mi vida en una carrera de obstáculos.

El pequeño monigote bidimensional sonríe y mira hacia arriba.
-Estoy preparado, bastardo- El eterno Jumpman adivina, en el segundo piso/pantalla la figura de la bestia lanzando barriles.
-Esfuérzate todo lo que quieras. El mundo es mío.

Por derecho propio.

3 comentarios:

Camaleona dijo...

Joven consultor (con quince años de experiencia?)
No creo que haya un gorila final al que vencer, en consultoría hay uno tras otro y otro y otro más, y seguirá siendo un bucle sin fin mientras sigas dedicándote a esto.
Es posible que dentro de siete años me plante también delante de la bestia y le desafío a la última partida.
Ya me contarás si todo acaba ahí o si te vuelves a encontrar con el gorila de nuevo.

Te habla una joven consultora...

David dijo...

Buenas tardes;

Hace 15 años desde que, siendo niño, me afanaba en jugar a las maquinitas, esquivar barriles virtuales y vencer al malo.

En momentos de extraña lucidez, me parece percibir el contorno de mi vida, y me da la impresión de que determinados patrones se repiten una y otra vez.

Me niego a aceptar la idea de que mi destino haya quedado escrito en el periodo de los 0 a los 12 años.

Un saludo.

miguel ángel salinas gilabert dijo...

Acertada comparación: la vida, un juego de Nintendo... Y un gorila al que vencer.

La lucha repetitiva me desalienta, pero aún más el juego en el que me toca participar, porque no me interesa para nada.

Desgraciadamente, no es fácil dejar la partida a medias y cambiar de juego. Pero de vez en cuando se puede, y uno siente un gran alivio. Y luego, de nuevo, a ese bucle sin fin...

Un saludito; buen escrito..