domingo, 30 de noviembre de 2008

Las raíces del personaje

Poco a poco descubro las reglas que ordenan mi mente. Las bases que estructuran mi personalidad. Mi vida.

El pasado es fuido. Se reconstruye en el espacio atemporal que es la mente. Lo vivido es eliminado, y renace empapado del color característico de las emociones a las cuales esta asociado determinado recuerdo. Es preciso sacrificar sentimientos caducos para avanzar a otros niveles, si no queremos quedarnos atrapados en las cárceles caducas de otros inviernos.

Mi primer trabajo de oficina fue en una Gestora de Formación.
Un espacio cerca de la calle Goya, en el segundo piso de un viejo inmueble. Regreso a ese momento.
Nervios de novato, responsabilidades y largas jornadas solo en la oficina archivando, llamando a potenciales clientes, gestionando la herramienta virtual de la Tripartita... Recuerdo la importancia de la imagen, el esfuerzo por aparentar que éramos una organización compleja, con diferentes oficinas, proyectos...

Una parte de mí aún siente la duda, la confusión mental. Desde esa mirada inmadura creí percibir el oro, el gran tesoro potencial del trabajo organizado, el éxito con significado y sentido, más allá de las tareas rutinarias sin horizonte alguno.

Quizás el personaje que nació en aquella oficina sigue evolucionando. Hoy le imagino sereno, en reposo. Los ojos se orientan al futuro, confiado en lo que esta por venir.
Brillo, calor y risa. Supongo que valió la pena.

2 comentarios:

Tamaruca dijo...

¿Y los compañeros?

Anónimo dijo...

Soy Antonio:
Q sería de nosotros sin la melancolía de los momentos pasados q ya no volverán?.
Es ley de vida tener q deshacerse de lo q nos lastra, aunque lo apreciemos. Eso no quita q nos quedemos con pequeños tesoros secretos, aunque eso nos haga más lentos q los tiburones.
Saludos David!.