martes, 4 de noviembre de 2008

Mil trescientos ono

Ono.
Mensajes publicitarios suenan en la televisión de la cocina:
Ono es como las cosas buenas.

El Contrato Emocional...
E.R.E. Expediente de Regulación de Empleo.

El Capital Emocional...
Reajuste de plantilla: Hasta 1.300 trabajadores se pueden quedarse en la calle.

La Moral de la tropa, el Espíritu de grupo...
...Y tantas otras "zarandajas" que a la hora de la verdad, el que decide opta por meter en el tercer cajón, junto con el "Quizás" y el "Hasta luego"...

¿Qué queda del capital emocional, cuando transformas al "cliente interno" en el "enemigo interno"? Menos que nada. Agujero negro en el clima laboral.

Quiero pensar que hay suficiente espíritu práctico como para reconciliar las opciones posibles y confío - esperanza, no me abandones - en que un día cercano las empresas encontrarán su lugar en el sistema, más allá del papel como agentes de la oferta y la demanda de bienes y servicios.

Mientras tanto, en la calle sigue el sonido del trueno (Histeria/Crisis/Fatalismo), en estos días de humo y fuego.

Mal tiempo para sueños y anhelos, me temo.

2 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. La sabiduría popular siempre está ahí, ¿no? Así nos va.

David dijo...

Estamos viviendo tiempos revueltos.

Es tiempo de echarle coraje e "higadillos" a la vida, y salir adelante lo mejor posible.

La parte buena: Dentro de 3 años podremos decir "Yo estuve en esa crisis, caían los chuzos de punta, y lo superamos"...

Un saludo.