miércoles, 1 de julio de 2009

Scroll

Los avances se acumulan, el progreso se acelera, formando un haz de imágenes que resulta difícil seguir desde fuera.
El desarrollo científico viaja a la velocidad de la luz, pero la cultura popular y la psique de la masa no puede seguir dicho ritmo.

Vivimos limitados por las restricciones de nuestro cuerpo y nuestra conciencia, en un horizonte de avance rápido que hace tiempo que nos ha sobrepasado. En dicha circunstancia, abrumados por los cambios, somos náufragos del mar de la información, navegantes de la incertidumbre.
Las nuevas generaciones no tienen miedo.
No tienen tensiones ni estructuras preconcebidas.

El mundo gira a diferentes velocidades, y en la metrópoli, el cerebro de algunos se convulsiona espasmódicamente, a intervalos regulares. Una extraña epilepsia cultural adaptativa. Nada excesivamente problemático, en los albores de la nueva era.

4 comentarios:

Pentotal sódico dijo...

Me gusta como escribe caballero!!! Voy a pasar mas seguido por estos lados a ver como avanza si blog!!
Saludos!!

David dijo...

Eres muy amable.

De hecho, alguna vez me he pasado por tu blog, y me ha gustado mucho tu estilo.

La historia sobre Michael Jackson es histrionica... ;)

Un saludo.

Tenshi Ibarrx dijo...

Estamos rodeados de estímulos nada más, seguimos estímulos, será que los necesitamos, vaya a saber si la cantidad hace mejor o peor a la gente, yo sigo decepcionada porque crecí en los 70,s y 80's y en esa época decían que en el 2000 íbamos a meternos nuestra propia casa en el bolsillo y habría autopistas en el cielo y podríamos materializar el pensamiento, bueno, aunque eso hubiera sucedido, sin dinero no podría haberlo disfrutado; el caso es que es el año 2000 y lo único que sucede es que hay más y más estímulos y la mayor parte tienen gusto a mierda.
De todas maneras, un día de estos va aser como lo dice William Gibson en la trilogía del Sprawl... o al menos en la del Puente, esa es más plausible.
Un saludo enorme.

Pd: Mariano, que hacés ahí arriba, loco, jaja, qué pequeña es la blogósfera.

David dijo...

Adoro la obra de William Gibson.

Neuromante me abrió los ojos a la literatura.

E Idoru me aportó la identidad de lo que quiero ser.

Un saludo.